Ladrones de órganos
La barra en su abdomen le había atravesado el hígado. Vomitaba sangre negra y arenosa como borra de café. Aunque llegara la ayuda hasta el coche accidentado, ya estaría muerto para entonces. Estaba preparado para resarcir su vida de fiestas y mujeres. Sacó de su pantalón un documento y lo puso a la vista. Pero ya los demonios lo acechaban para impedir su última obra de bondad que lo hiciera merecedor del cielo. No quería ir al infierno, pero esos diablos se estaban introduciendo dentro de su cuerpo para vaciarlo y robarle su salvación. Al encontrarlo, los animales salvajes solo habían dejado su ropa, unos huesos ensangrentados y el carnet de donador.
Malvadisco
11 de December de 2019 / 23:54
11 de December de 2019 / 23:54
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