Ratón de biblioteca
Don Alberto estaba seguro de que aquel libro estaba en su librería de viejo. No lo encuentro joven, déjame buscarlo bien, tuvo que decirle al comprador. Alberto revisó una vez más su cuadernillo de ventas, no figuraba por ningún lado. ¡Ese pinche libro debe aparecer, cómo de que no! Al día siguiente lo volvió a buscar, esta vez de manera sistemática, pasillo por pasillo. Justo a la mitad olvidó su avance, ¿el lado izquierdo ya lo revisé, o empecé por el derecho? ¡Chingado!, se lamentó. En la semana no hubo mucho movimiento, así que siguió buscando. Caminaba encorvado y despacio por los pasillos, lento pero con ritmo, como en un danzón. En un rincón escuchó un ruido, se quedó quieto para escuchar mejor. Parecía el sonido de un roedor. Se preocupó. ¿Y si el libro que busco fue devorado? ¿Cuántos libros más faltarán? Empezó a contar, esta vez desde el ala derecha. Al final del día, anotó su cuenta: 10,150 libros. Al día siguiente fueron 10 menos; al siguiente 20. O cuento mal o esos ratones son muy voraces, sonrió para sí. Cansado, se sentó en su despacho para leer la novela empezada. Quizá ahí, en el detective o en el asesino, está la respuesta.
Aleksei
10 de May de 2023 / 10:49
10 de May de 2023 / 10:49
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