Honestidad ante todo
Los gritos de protesta frente al palacio despertaron al presidente. Salió al balcón, y después de algunos minutos, logró calmar a la multitud y dirigirle unas palabras:
—Queridos compatriotas: Entiendo su enojo y lo comparto, créanme. Yo también estoy molesto por esta situación. Lamento mucho no haber escuchado antes sus justas demandas. He despertado y les prometo que, de ahora en adelante, las cosas cambiarán aquí en palacio.
La multitud, atónita ante aquel giro inesperado, siguió escuchando:
—Señalen todo aquello que amerite corregirse o cambiar. El derecho los asiste—continuó diciendo—. Por mi parte, yo también lo haré. En ocasiones, los gobernantes necesitamos que nos saquen del sueño en el que estamos para darnos cuenta de nuestros olvidos, errores y omisiones. Les doy las gracias por hacerme ver la realidad. Tienen mi eterno agradecimiento y mi compromiso. Buenas noches.
Mientras unos aplaudían y otros silbaban, dio la vuelta y, luego de desaparecer detrás de unas gruesas cortinas, regresó a la cama. En el trayecto ordenó a su asistente que, al día siguiente, cambiaran el dormitorio y su despacho lo más lejos posible de la calle.
—Gracias a Dios desperté —añadió—. Había olvidado tomar mi medicina contra las pesadillas. Páseme las píldoras y un vaso de agua, por favor. Luego un whisky, para olvidar y dormir bien.
—Queridos compatriotas: Entiendo su enojo y lo comparto, créanme. Yo también estoy molesto por esta situación. Lamento mucho no haber escuchado antes sus justas demandas. He despertado y les prometo que, de ahora en adelante, las cosas cambiarán aquí en palacio.
La multitud, atónita ante aquel giro inesperado, siguió escuchando:
—Señalen todo aquello que amerite corregirse o cambiar. El derecho los asiste—continuó diciendo—. Por mi parte, yo también lo haré. En ocasiones, los gobernantes necesitamos que nos saquen del sueño en el que estamos para darnos cuenta de nuestros olvidos, errores y omisiones. Les doy las gracias por hacerme ver la realidad. Tienen mi eterno agradecimiento y mi compromiso. Buenas noches.
Mientras unos aplaudían y otros silbaban, dio la vuelta y, luego de desaparecer detrás de unas gruesas cortinas, regresó a la cama. En el trayecto ordenó a su asistente que, al día siguiente, cambiaran el dormitorio y su despacho lo más lejos posible de la calle.
—Gracias a Dios desperté —añadió—. Había olvidado tomar mi medicina contra las pesadillas. Páseme las píldoras y un vaso de agua, por favor. Luego un whisky, para olvidar y dormir bien.
Serpico
19 de October de 2021 / 18:38
19 de October de 2021 / 18:38
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