Hola Paola.

Gracias por el amplio comentario, pero me perece que tu lectura fue muy apresurada. El presidente despierta por los gritos de la multitud y sale al balcón. Le echa el rollo, en el que no dice mentiras (está molesto, les agradece haberlo despertado para darse cuenta de sus olvidos y omisiones, promete cambios, etc.), pero tampoco verdades auténticas, sino que juega con las palabras e imágenes. Luego regresa a la cama y le ordena al asistente en el trayecto que cambien su dormitorio y despacho a donde no sea molestado. Al final, gracias a que despertó, de da cuenta de que olvidó tomar sus pastillas contra las pesadillas, las pide y luego, que había omitido el whisky para olvidar y dormir a gusto.

Le he dado varias lecturas al texto y me parece que está claro. ¿Podrías decime dónde está la confusión? Te lo agradecería para así proceder a los recortes y cambios pertinentes.

Me parece que al separar en dos la alocución del presidente y sí, tal vez con ciertas redundancias, explica que la multitud se dividiera entre crédulos e incrédulos u optimistas y pesimistas, entre los que aplauden y aquellos que silban pero que haya dejado de protestar y él trasponga las cortinas y vuelva a la cama.

Espero comentarios.

Saludos