El primer aviso le pasó desapercibido. El segundo le tomó por sorpresa, tanto que para cuando reaccionó, ya iba a toda velocidad por la avenida a bordo del vehículo que fue enviado a recogerlo. A su arribo, fue recibido por un amable comité que lo condujo por los pasillos hasta un salón profusamente iluminado, donde ocupó el lugar más destacado, rodeado de sofisticados aparatos y eminencias que lo miraban con curiosidad y extraña admiración.
–Es un honor incuestionable tenerlo aquí nuevamente, profesor –dijo quien parecía ser el jefe.
–Si me permiten –dijo otro de ellos–, sería prudente que comencemos. Esta será una oportunidad irrepetible para la ciencia.
Después de todo, recibir a alguien como él, tan vivaz y lúcido, que ha sobrevivido al holocausto, hambrunas, guerras, tres infartos y que, tras ser atropellado por un autobús, aún vive, es algo que no ocurre todos los días.
Pseudónimo
06 de March de 2020 / 03:50
Confusión 06 de March de 2020 / 00:05
Una escribidora
El profesor Eichenholz 06 de March de 2020 / 03:50
Pseudónimo
Comentario de Daniel Frini 08 de March de 2020 / 01:45
Daniel Frini
Respuesta a Daniel Frini 08 de March de 2020 / 02:27
Pseudónimo
 

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