Confusión
Despierta y la habitación aquella no es la suya. Asustada, sale de ese lugar desconocido. En la calle, nada le parece familiar. Las casas, los árboles, la gente a su paso que busca detenerla.
—¡Ayuda! –suplica a la mujer que se le acerca– ¡Me han secuestrado!
—Tranquila –la abraza contra su pecho–. Todo está bien, mamá.
—¿Mamá?
La gente que las rodea la mira compasiva. Vuelven a la casa. A la misma habitación que considera su prisión. Dos personas en la pieza: una de pelo blanco, rostro lleno de arrugas y una expresión interrogante. Se miran curiosas y mutuamente van a su encuentro.
—¿Te conozco? –alarga su mano y se encuentra con la luna de un espejo.
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—¡Ayuda! –suplica a la mujer que se le acerca– ¡Me han secuestrado!
—Tranquila –la abraza contra su pecho–. Todo está bien, mamá.
—¿Mamá?
La gente que las rodea la mira compasiva. Vuelven a la casa. A la misma habitación que considera su prisión. Dos personas en la pieza: una de pelo blanco, rostro lleno de arrugas y una expresión interrogante. Se miran curiosas y mutuamente van a su encuentro.
—¿Te conozco? –alarga su mano y se encuentra con la luna de un espejo.
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Una escribidora
05 de March de 2020 / 18:05
05 de March de 2020 / 18:05
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