Reconstrucción de los hechos
Miró a todos los presentes, incluido al fiscal que le apuntaba con el índice acusándolo de todas esas barbaridades y los policías atentos a que no se fuera a fugar. Las fotos de sus víctimas yacían la mesa, junto a las armas que había usado durante sus fechorías. Aunque todo apuntaba a su infinita crueldad, se declaró inocente, mientras revivía, contento en su memoria, las atrocidades cometidas.