los sagrados alimentos
El bote se alejó de la nave que bramaba al romperse y empezar su viaje al fondo del océano. El mar estaba furioso. Pedro había librado una batalla ardorosa; apuñalar a un hombre por la espalda no es cosa fácil, para poder subir a la embarcación y ahora estaba ahí con el aliento agitado, la ropa húmeda de manera que las manchas de sangre parecían más como si sus ropas fueran de mala calidad o gastadas. Vio a los otros sobrevivientes y les sonrío, pero no hubo respuesta, sino una seriedad pesimista. Las miradas de aquellos se fijaron en el, y detrás de todos los pares de ojos, se calculó cuánto tardarían en empezar a comerse unos a otros.
Black Dot
06 de December de 2019 / 14:36
06 de December de 2019 / 14:36
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