Por último, Malvadisco, vamos a darle una pulida:
El Dorado
El arqueólogo llegó a la ciudad perdida y avanzó en medio de las ruinas de lo que fuera en la antigüedad una gran metrópolis. El mapa lo condujo hasta el sitio donde estaba//se hallaba el tesoro. Antes debía superar el enigma. Tiró de la manija del cofre metálico. La clave: tres frutas idénticas en fila. Y terminó sepultado, igual que todos los otros exploradores//una coma aquí// bajo una avalancha de monedas.

A ver qué te parece.
Saludos,