Todo sería diferente después de que se aprobó la nueva y revolucionaria ley. Esa mañana, después de dejar una nota dirigida al Sheriff, el forastero irrumpió en el salón mientras apuntaba en todas direcciones con su rifle de alto poder. En esa escena, ensayada varias veces, todos debían tirarse al piso o buscar resguardo detrás de las mesas, en tanto la maestra desenfundaba su pistola para darle fin al intruso.