Hola, Carlos . Segunda vuelta
Vamos a ver qué opinas de esto. Es el mismo texto sin cursivas, con las correcciones en los "mientras " y "diciendo" y con comillas en donde creo que son necesarias y en las intervenciones de Gabo y Borges.
El recreo
Mientras estaba esperando a Godot, me asomé al patio. Era necesario hacerlo a cada rato para evitar una tragedia. El pequeño Homero jugaba a la odisea con otros dos chicos: Sófocles y Virgilio. Entretanto, Séneca le escribía cartas a Lucilo, sentado a la sombra de un árbol. Más allá, Julito Cortázar, Mario Benedetti y Miguelito Asturias jugaban rayuela. Al fondo distinguí a Bram Stocker, a quien Albertico Camús llamaba "el extranjero", persiguiendo a Víctor Hugo y a León Tolstoi con unos colmillos postizos y una capa de Drácula. Todo parecía normal en aquel maremágnum de cabezas inquietas, que a diario tramaban nuevas historias y aventuras, esperando la mala hora de regresar a clase. Al percatarme de que Paco Quevedo y Luisillo Góngora habían llegado a las manos otra vez, salí para separarlos cuando Gabo entró apresurado, atropellándome y diciendo: “solo viene a hablar por teléfono”. Al preguntarle a quién llamaba con tanta urgencia, respondió: “A los bomberos: Juanito Rulfo le prendió fuego al llano detrás de la escuela”. En eso apareció Borges argumentando que todo eran ficciones, que según el informe de Brodie, como solía decirle a su amigo Bioy Casares, había sido el inquieto Ray Bradbury quien, como poseído, atizaba una pira de libros, justo al pie de la ventana de la biblioteca.
Abrazo
El recreo
Mientras estaba esperando a Godot, me asomé al patio. Era necesario hacerlo a cada rato para evitar una tragedia. El pequeño Homero jugaba a la odisea con otros dos chicos: Sófocles y Virgilio. Entretanto, Séneca le escribía cartas a Lucilo, sentado a la sombra de un árbol. Más allá, Julito Cortázar, Mario Benedetti y Miguelito Asturias jugaban rayuela. Al fondo distinguí a Bram Stocker, a quien Albertico Camús llamaba "el extranjero", persiguiendo a Víctor Hugo y a León Tolstoi con unos colmillos postizos y una capa de Drácula. Todo parecía normal en aquel maremágnum de cabezas inquietas, que a diario tramaban nuevas historias y aventuras, esperando la mala hora de regresar a clase. Al percatarme de que Paco Quevedo y Luisillo Góngora habían llegado a las manos otra vez, salí para separarlos cuando Gabo entró apresurado, atropellándome y diciendo: “solo viene a hablar por teléfono”. Al preguntarle a quién llamaba con tanta urgencia, respondió: “A los bomberos: Juanito Rulfo le prendió fuego al llano detrás de la escuela”. En eso apareció Borges argumentando que todo eran ficciones, que según el informe de Brodie, como solía decirle a su amigo Bioy Casares, había sido el inquieto Ray Bradbury quien, como poseído, atizaba una pira de libros, justo al pie de la ventana de la biblioteca.
Abrazo
Gesel van God
19 de November de 2021 / 02:36
19 de November de 2021 / 02:36
Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.