Desde hace unas semanas vivo solo, en una casa transformada en dos pequeños departamentos por mi casera, una mujer de edad, medio jorobada, hosca, déspota y desconfiada que vive en uno de ellos. Se queja hasta de mis estornudos y quien parece vigilarme día y noche. Todo cambió ayer cuando regresé de trabajar y del gimnasio. Con gran amabilidad me saludó, mostrando una sonrisa inusual y, diciéndose preocupada por mi salud y alimentación (he bajado de peso a últimas fechas), me entregó una generosa rebanada de tarta de manzana de aspecto delicioso, en una idílica escena que parecía sacada de un cuento de hadas. Mientras me debato en el dilema entre comerla o deshacerme de ella, el barullo de siete duendecillos que suelen merodear por aquí no me deja dormir. El hambre tampoco.
Pi
19 de October de 2021 / 22:16
La bruja de al lado 19 de October de 2021 / 22:16
Pi
COMENTARIO I 20 de October de 2021 / 08:54
Paola Tena
Respuesta al comentario 24 de October de 2021 / 05:30
Pi
COMENTARIO II 25 de October de 2021 / 10:08
Paola Tena
 

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