Respuesta al taller (1)
Hola, Laura
Gracias por tus comentarios y observaciones.
Sí, me di cuenta de esas repeticiones al día siguiente y decidí dejar los cambios para el taller. Me disculpo por no revisarlo bien antes de subirla. A veces, el tiempo obra en contra. Espero que te parezca mejor en esta versión que dividí en tres párrafos. Hay modificaciones en todos.
Lulani (versión corregida)
Nuestra irrupción en aquella isla remota no fue vista con agrado al desembarcar. Los nativos nos apuntaron con sus lanzas mientras gritaban improperios en su extraña lengua. El capitán, previsor y astuto, había dejado una partida de hombres en el barco. A su señal, una andanada de los cañones barrió con media aldea, causó el caos y lastimó a muchos. Ante argumentos tan convincentes, ellos cedieron y fue posible quedarnos.
Mientras explorábamos la jungla, oí un ruido entre la maleza, me acerqué con sigilo y la vi. Ahí estaba ella, tan temerosa como yo, escondida y gimiendo. Curé sus heridas. Así conocí a Lulani y ella a mí. Fue amor a primera vista. Durante los siguientes días, aprovechaba cualquier momento para buscarla y dar un paseo, nadar en la laguna, corretear en la playa y prodigarnos caricias, aunque no nos entendiéramos.
Dos semanas después, fuimos descubiertos una noche. Me apresaron y, tomando por sorpresa a los demás hombres, nos obligaron a embarcar y partir al amanecer. Tuvimos fortuna de salir ilesos. Quise quedarme, pero fue imposible. Ella lloraba y quería acompañarme. Tampoco lo permitieron. Jamás la olvidaré. Para mí, aquella bella y cariñosa hembra, de suave piel veteada, era una especie animal que jamás había visto. Para ellos, la deidad que recién habían recuperado.
Saludos
Gracias por tus comentarios y observaciones.
Sí, me di cuenta de esas repeticiones al día siguiente y decidí dejar los cambios para el taller. Me disculpo por no revisarlo bien antes de subirla. A veces, el tiempo obra en contra. Espero que te parezca mejor en esta versión que dividí en tres párrafos. Hay modificaciones en todos.
Lulani (versión corregida)
Nuestra irrupción en aquella isla remota no fue vista con agrado al desembarcar. Los nativos nos apuntaron con sus lanzas mientras gritaban improperios en su extraña lengua. El capitán, previsor y astuto, había dejado una partida de hombres en el barco. A su señal, una andanada de los cañones barrió con media aldea, causó el caos y lastimó a muchos. Ante argumentos tan convincentes, ellos cedieron y fue posible quedarnos.
Mientras explorábamos la jungla, oí un ruido entre la maleza, me acerqué con sigilo y la vi. Ahí estaba ella, tan temerosa como yo, escondida y gimiendo. Curé sus heridas. Así conocí a Lulani y ella a mí. Fue amor a primera vista. Durante los siguientes días, aprovechaba cualquier momento para buscarla y dar un paseo, nadar en la laguna, corretear en la playa y prodigarnos caricias, aunque no nos entendiéramos.
Dos semanas después, fuimos descubiertos una noche. Me apresaron y, tomando por sorpresa a los demás hombres, nos obligaron a embarcar y partir al amanecer. Tuvimos fortuna de salir ilesos. Quise quedarme, pero fue imposible. Ella lloraba y quería acompañarme. Tampoco lo permitieron. Jamás la olvidaré. Para mí, aquella bella y cariñosa hembra, de suave piel veteada, era una especie animal que jamás había visto. Para ellos, la deidad que recién habían recuperado.
Saludos
Pseudónimo
19 de March de 2021 / 12:18
19 de March de 2021 / 12:18
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