Respuesta al comentario
Hola, Daniel
Gracias por tu taller.
Me parece que decir “…como inmigrantes a territorios en guerra, escapando de otras” y “… a un mundo propio, exclusivo, alejado de las batallas de las que huían”, más que una repetición, es una reiteración, pero hago un cambio para quitar esa impresión y otros más. Espero que te parezcan bien.
Extraños en la noche
Llegaron por la frontera prohibida, como inmigrantes a territorios en guerra, escapando de otras. Entraron sin pasaporte, por la noche, sin saber, siquiera, que la habían franqueado. Un amanecer maravilloso los sorprendió cuando se encontraron de frente, desnudos e inermes, sin más escudo que la piel ni más aliento que el deseo, dispuestos a no dejarse vencer por el destino. Sin olvidar sus pasados, construyeron un presente sin futuro, donde cada día era inicio y final, puerta de entrada y salida a un mundo propio, exclusivo, sin hostilidades. Era un remanso compartido, puerto franco para la seducción de manos aventureras y el desafío de cuerpos ávidos de conquista, el oasis donde la sed y la pasión se mitigaban bajo el cobijo de una fresca sombra de complicidad y confianza; donde sueños y fantasías se hacían realidad al fusionarse carne y espíritu, en aquellos momentos sublimes cuando juntos, eran uno y mucho más que solo dos.
Saludos
Gracias por tu taller.
Me parece que decir “…como inmigrantes a territorios en guerra, escapando de otras” y “… a un mundo propio, exclusivo, alejado de las batallas de las que huían”, más que una repetición, es una reiteración, pero hago un cambio para quitar esa impresión y otros más. Espero que te parezcan bien.
Extraños en la noche
Llegaron por la frontera prohibida, como inmigrantes a territorios en guerra, escapando de otras. Entraron sin pasaporte, por la noche, sin saber, siquiera, que la habían franqueado. Un amanecer maravilloso los sorprendió cuando se encontraron de frente, desnudos e inermes, sin más escudo que la piel ni más aliento que el deseo, dispuestos a no dejarse vencer por el destino. Sin olvidar sus pasados, construyeron un presente sin futuro, donde cada día era inicio y final, puerta de entrada y salida a un mundo propio, exclusivo, sin hostilidades. Era un remanso compartido, puerto franco para la seducción de manos aventureras y el desafío de cuerpos ávidos de conquista, el oasis donde la sed y la pasión se mitigaban bajo el cobijo de una fresca sombra de complicidad y confianza; donde sueños y fantasías se hacían realidad al fusionarse carne y espíritu, en aquellos momentos sublimes cuando juntos, eran uno y mucho más que solo dos.
Saludos
Pitágoras
15 de December de 2020 / 15:48
15 de December de 2020 / 15:48
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