Para Lady Sommerville, aristócrata y fina dama de linaje victoriano, la sola idea de que exista vida inteligente en otros sitios del universo le parece absurda, contraria a las buenas costumbres y antinatura. Desde su óptica es pavorosa. Está segura de que El Creador jamás permitiría que gente tan culta, refinada y pulcra como ella pudiera mezclarse con una chusma de antropoides o con bichos deformes, viscosos, aunque fueran creyentes y devotos, asunto que pone en duda. A menos –claro está– que existiesen cielos de segunda y tercera clase, tal como corresponde a un Dios visionario y justo, acorde con la moral de una sociedad tan civilizada y trascendental como en la que se desenvuelve. Mientras reflexiona sobre el tema, chasquea los dedos, el vehículo se detiene y dos lacayos se apean para abrirle la puerta. Tras una discreta señal, se tienden sobre el horrendo charco que arruinaría sus zapatos.
Pepe Le Pew
19 de November de 2020 / 20:53
Moral universal 19 de November de 2020 / 20:53
Pepe Le Pew
COMENTARIO DEL TALLER 23 de November de 2020 / 11:59
Paola Tena
Respuesta al comentario 26 de November de 2020 / 20:22
Pepe Le Pew
 

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