Respuesta al taller cuántico (tout est possible)
Fernando:
Saludos y los mejores deseos de que estés bien.
Por causa del extraño fenómeno de la dualidad, al desintegrar con un haz de protones la última frase como sugieres, se ve seriamente comprometida la existencia de la sentencia "Todo lenguaje...". Para evitar eso y hacer surgir un cuento de ahí como recomiendas, propongo un cambio de título y el siguiente texto:
Cuantos y cuentos
Al terminar de leer el relato de Borges recordó una frase que se grabó en su memoria: “Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten”. Comprendió entonces que el Aleph es el centro de la conciencia universal, que se proyecta a través de la infinidad de facetas de un poliedro que a simple vista semeja una esfera y se nutre de lo que se filtra a través de ellas, donde el centro está en todas partes y la circunferencia, en ninguna. Entendió que la nada y el todo son una misma entidad y que la probabilidad de que suceda lo imposible jamás es nula. Aunque lo que leyó ocurría en un cuento, aquella trama, bordada sobre la fina red del continuo espacio-tiempo y escrita con el alfabeto de símbolos de la física cuántica, le era extrañamente familiar.
Espero tu opinión.
Saludos
Saludos y los mejores deseos de que estés bien.
Por causa del extraño fenómeno de la dualidad, al desintegrar con un haz de protones la última frase como sugieres, se ve seriamente comprometida la existencia de la sentencia "Todo lenguaje...". Para evitar eso y hacer surgir un cuento de ahí como recomiendas, propongo un cambio de título y el siguiente texto:
Cuantos y cuentos
Al terminar de leer el relato de Borges recordó una frase que se grabó en su memoria: “Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten”. Comprendió entonces que el Aleph es el centro de la conciencia universal, que se proyecta a través de la infinidad de facetas de un poliedro que a simple vista semeja una esfera y se nutre de lo que se filtra a través de ellas, donde el centro está en todas partes y la circunferencia, en ninguna. Entendió que la nada y el todo son una misma entidad y que la probabilidad de que suceda lo imposible jamás es nula. Aunque lo que leyó ocurría en un cuento, aquella trama, bordada sobre la fina red del continuo espacio-tiempo y escrita con el alfabeto de símbolos de la física cuántica, le era extrañamente familiar.
Espero tu opinión.
Saludos
Pitágoras
25 de October de 2020 / 23:47
25 de October de 2020 / 23:47
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