Selección día 8, "A sotavento", (Hoja en blanco)
A sotavento
Algunas nubes grises se levantaban en el horizonte y el olor a tormenta se mezclaba con el de la brisa marina. Él no creía que fuera a llover. Ni siquiera a lloviznar. Con su cámara al cuello descubrió una botella con un mensaje. No la tocó. Clavó la rodilla en la humedad de la arena y comenzó a fotografiarla.
—Bien, nena —dijo sin dejar de apretar el obturador—. Dame todo lo que tengas. Eso. Tu mejor ángulo. ¿Es ese? Perfecto. Sé tú. Sé tú y nadie más. Bien…, eres un encanto. Vas a llegar lejos, te lo aseguro.
Se levanta, satisfecho de tan productiva sesión. Mira durante largos minutos la botella. Mira el día cada vez más nublado. Las olas, las gaviotas; ni un alma deambula por la playa. Baja la mirada y observa sus manos; las manchas encarnadas que las cubren. Diversas escenas tocan su mente: una fiesta, demasiado alcohol. La chica del bar. La que quería ser modelo de revistas y que, al verle la cámara al cuello, lo pensó un fotógrafo profesional. Pobre estúpida. Dispuesta a rebajarse a lo más profundo con tal de trascender. Y sí, trascendería, en la primera plana de la nota roja.
La tomó con suavidad de la arena, alzándola a la altura de sus ojos como flamas. Recordó lo que había hecho días antes; ese mensaje contenía su nombre y en él se acusaba de todos los homicidios cometidos los últimos meses cerca de la bahía. Esa madrugada, había enrollado el papel y lo había metido en aquella botella vacía que después arrojó desde lo alto de un acantilado. Alguien la encontraría. Alguien leería el mensaje y al fin sería detenido.
“Hoy no”, pensó, y la devolvió al mar..
Algunas nubes grises se levantaban en el horizonte y el olor a tormenta se mezclaba con el de la brisa marina. Él no creía que fuera a llover. Ni siquiera a lloviznar. Con su cámara al cuello descubrió una botella con un mensaje. No la tocó. Clavó la rodilla en la humedad de la arena y comenzó a fotografiarla.
—Bien, nena —dijo sin dejar de apretar el obturador—. Dame todo lo que tengas. Eso. Tu mejor ángulo. ¿Es ese? Perfecto. Sé tú. Sé tú y nadie más. Bien…, eres un encanto. Vas a llegar lejos, te lo aseguro.
Se levanta, satisfecho de tan productiva sesión. Mira durante largos minutos la botella. Mira el día cada vez más nublado. Las olas, las gaviotas; ni un alma deambula por la playa. Baja la mirada y observa sus manos; las manchas encarnadas que las cubren. Diversas escenas tocan su mente: una fiesta, demasiado alcohol. La chica del bar. La que quería ser modelo de revistas y que, al verle la cámara al cuello, lo pensó un fotógrafo profesional. Pobre estúpida. Dispuesta a rebajarse a lo más profundo con tal de trascender. Y sí, trascendería, en la primera plana de la nota roja.
La tomó con suavidad de la arena, alzándola a la altura de sus ojos como flamas. Recordó lo que había hecho días antes; ese mensaje contenía su nombre y en él se acusaba de todos los homicidios cometidos los últimos meses cerca de la bahía. Esa madrugada, había enrollado el papel y lo había metido en aquella botella vacía que después arrojó desde lo alto de un acantilado. Alguien la encontraría. Alguien leería el mensaje y al fin sería detenido.
“Hoy no”, pensó, y la devolvió al mar..
Tequila
30 de March de 2021 / 00:18
30 de March de 2021 / 00:18
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