Continuación del taller (Here, there and everywhere)
Don José,
Le deseo una pronta recuperación para que no haya restricciones e incomodidades. No tengo ninguna objeción ni motivo para no continuar en La Marina, me adapto a lo que se acuerde y coincido en que la transparencia en los talleres es bastante didáctico, aunque también puede causar cierta inhibición y por correo resulta más cómodo.
Le ha dado al clavo sin sostenerlo, ¡y con un solo brazo!, lo que hace más meritorio el asunto.
El título me parece perfecto. Solo invertiré dos palabras.
Ya entendí el punto sobre la adjetivación y envío la última versión:
El cementerio íntimo de don Julio
En ese sitio particular yacen toda clase de cosas, desde los primeros juguetes hasta su última computadora, que apenas asoman bajo capas de polvo que las cubren sin remedio. En otro sector, donde están las lápidas de quienes ya se fueron, los graffittis –que se desdibujan con el tiempo y la lluvia– ilustran amores y desencuentros, aventuras y viajes, y los recuerdos de haber vivido una época de avances, descubrimientos, y profundos cambios sociales.
En la última sección, que es la única abierta al público, no hay nada interesante y los muros lucen desganados. Ni siquiera perdura el recuerdo del lugar donde quedó el plato con fruta que comía hace unos minutos, menos aún si era fruta o acaso un pan, aunque en su paladar subsista un ligero sabor a queso.
Gracias, salud y saludos
Seudónimo
Le deseo una pronta recuperación para que no haya restricciones e incomodidades. No tengo ninguna objeción ni motivo para no continuar en La Marina, me adapto a lo que se acuerde y coincido en que la transparencia en los talleres es bastante didáctico, aunque también puede causar cierta inhibición y por correo resulta más cómodo.
Le ha dado al clavo sin sostenerlo, ¡y con un solo brazo!, lo que hace más meritorio el asunto.
El título me parece perfecto. Solo invertiré dos palabras.
Ya entendí el punto sobre la adjetivación y envío la última versión:
El cementerio íntimo de don Julio
En ese sitio particular yacen toda clase de cosas, desde los primeros juguetes hasta su última computadora, que apenas asoman bajo capas de polvo que las cubren sin remedio. En otro sector, donde están las lápidas de quienes ya se fueron, los graffittis –que se desdibujan con el tiempo y la lluvia– ilustran amores y desencuentros, aventuras y viajes, y los recuerdos de haber vivido una época de avances, descubrimientos, y profundos cambios sociales.
En la última sección, que es la única abierta al público, no hay nada interesante y los muros lucen desganados. Ni siquiera perdura el recuerdo del lugar donde quedó el plato con fruta que comía hace unos minutos, menos aún si era fruta o acaso un pan, aunque en su paladar subsista un ligero sabor a queso.
Gracias, salud y saludos
Seudónimo
Pseudónimo
20 de March de 2020 / 16:11
20 de March de 2020 / 16:11
Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.