Esperanza
Esa expresión de cansancio, vacío y tristeza, ¿también la tenía él? Al mirarse al espejo no la notaba. Era fuerte, vital todavía. Sus setenta años no le estorbaban. Iba y venía por donde quisiera sin que nadie se quejara. Viejos los cerros, se decía siempre al toc-toc de su bastón. Recorría pasillos, atravesaba jardines y llegaba hasta la reja de la calle para mirar el mundo a través de ella. Luego, venía el enfermero y lo llevaba de regreso a la comunidad de aquel asilo. Lo sentaban en una banca, en la que debía aguardar la llegada de lo que tocase: el desayuno, la comida, la cena; la muerte.
Frío sideral
11 de March de 2020 / 16:48
11 de March de 2020 / 16:48
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