Doble nacionalidad
Abuela sigue sentada en la mesa. Por su sordera no ha entendido lo que Manuel le dijo. No es que sea mala o prejuiciosa, pero es sorda como una tabla. Primero preguntó en dónde estaba Sandra.
—Ya no estamos juntos —contestó mi primo.
La abuela lloró, adoraba a Sandrita, tan buena muchacha y de una tan querida familia.
—¿Quién es este barbón? — dijo señalando al amigo de Manuel.
—Me llamo Oscar, abuela —contestó el barbado—, estoy con Manuel desde hace meses.
La abuela no comprendía el trasfondo de aquel «estoy con Manuel». Yo vi cómo los dos entrelazaban sus manos debajo de la mesa, cómo uno le frotaba el muslo al otro.
—Soy bisexual —dijo Manuel en la voz más firme que pudo. Mis papás hasta ese momento permanecían callados, ya sospechaban eso de mi hermano; yo, también. La abuela, que no oye, pero muy bien que compone, le preguntó a papá:
—Manolo, ¿qué quiere decir eso de que tu hijo es binacional?

Black, te he dejado el texto más o menos corregido. Por correo me gustaba a veces poner notas o dar explicaciones, pero aquí en la página lo encuentro demasiado complicado. En lo formal sigues teniendo problemas con las tildes; además, has hecho un uso irregular de los guiones, en unos casos los usas, en otros no, es mejor unificar. Yo te los he colocado en todos los diálogos. También he evitado la repetición quería/querida y he hecho algún otro ajuste de léxico.

Me gusta el inicio de la escena, crea expectativas al lector, pero el final es flojo, se queda en un chiste. Por otra parte, la mini no cumple las premisas de nuestro juez del mes. Él ha propuesto tres asuntos —bicultural, binacional y bilingüe— dos de los cuales hay incluir en la mini. En este caso solo aparece uno y de forma un tanto forzadilla.

Puedes pensar cómo le das unas vueltas para volver a presentarla otro día.