Respuesta al Taller - 2ª vuelta
De acuerdo Carlos, modifico ASEN por EMPUÑAN, "suena" mejor y es más específico.
Sustituyo el punto aparte por punto seguido; además de un par de puntos seguidos por comas, y uno de los dos MI por un ME.
Muchas Gracias Carlos, aguardo tu opinión al respecto. Coloco la segunda versión y bajo la segunda esta última (por ahora) y tercera versión.
Segunda versión:
RULETA RUSA (de Aarón)
Manos temblorosas asen la culata; colocan la bala en la recámara y hacen girar el tambor. Percibo el contacto febril con la sien y los eternos segundos de vacilación. Mi anhelo de un dedo que apriete el gatillo. El juego retráctil de mi percutor.
Esta vez el ojo del cañón no parpadea: el estruendo, la caída y lo humeante de la habitación rematan la cara o la cruz, el sí o el no de la existencia.
Versión actual y tercera
RULETA RUSA (de Aarón)
Manos temblorosas empuñan la culata; colocan la bala en la recámara y hacen girar el tambor. Percibo el contacto febril con la sien y los eternos segundos de vacilación, el anhelo de un dedo que me apriete el gatillo, el juego retráctil de mi percutor. Esta vez el ojo del cañón no parpadea: el estruendo, la caída y lo humeante de la habitación rematan la cara o la cruz, el sí o el no de la existencia.
Sustituyo el punto aparte por punto seguido; además de un par de puntos seguidos por comas, y uno de los dos MI por un ME.
Muchas Gracias Carlos, aguardo tu opinión al respecto. Coloco la segunda versión y bajo la segunda esta última (por ahora) y tercera versión.
Segunda versión:
RULETA RUSA (de Aarón)
Manos temblorosas asen la culata; colocan la bala en la recámara y hacen girar el tambor. Percibo el contacto febril con la sien y los eternos segundos de vacilación. Mi anhelo de un dedo que apriete el gatillo. El juego retráctil de mi percutor.
Esta vez el ojo del cañón no parpadea: el estruendo, la caída y lo humeante de la habitación rematan la cara o la cruz, el sí o el no de la existencia.
Versión actual y tercera
RULETA RUSA (de Aarón)
Manos temblorosas empuñan la culata; colocan la bala en la recámara y hacen girar el tambor. Percibo el contacto febril con la sien y los eternos segundos de vacilación, el anhelo de un dedo que me apriete el gatillo, el juego retráctil de mi percutor. Esta vez el ojo del cañón no parpadea: el estruendo, la caída y lo humeante de la habitación rematan la cara o la cruz, el sí o el no de la existencia.
Aarón
25 de September de 2019 / 22:50
25 de September de 2019 / 22:50
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