RULETA RUSA
Manos temblorosas me atenazan de nuevo; colocan la bala en mi recámara y hacen girar el tambor. Percibo el contacto febril con la sien y los eternos segundos de vacilación. Mi anhelo de un dedo que apriete el gatillo. El juego retráctil del percutor.
Esta vez el ojo del cañón no parpadea: el estruendo, la caída y lo humeante de la habitación rematan la cara o la cruz, el sí o el no de la existencia.
Esta vez el ojo del cañón no parpadea: el estruendo, la caída y lo humeante de la habitación rematan la cara o la cruz, el sí o el no de la existencia.
Aarón
11 de September de 2019 / 11:47
11 de September de 2019 / 11:47
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