LA SÍNCOPA DEL ACORDE DE MIS PUPILAS
«Querido, la leyenda se escribiría de indistintas maneras. El origen de mi debilidad estribaba en que, al nacer, las aguas del manantial no alcanzaron a lavarme el tobillo. Era frágil ahí. Jamás lo dijo Homero*. El pobre no veía.
Cierta vez, a punto de ser raptada, hui; pero una serpiente me mordió. Me condenó al carnaval de Hades donde fuiste a buscarme y fascinaste a los captores con tus cuerdas bucales. Nos dejaron partir a condición de que no volvieses la mirada hacia mí rostro, sino hasta la llegada de la aurora.
Ahora soy tu sombra, las notas que tañes. Las Ménades te persiguen y separan de la faz de la tierra –para que el Mediterráneo–, lleve tus agradables labios a Lisboa*. Te perdono las ansias. El afán por contemplar mis pupilas nos precipitó, antes de que cruzáramos los límites de la cadencia».
Pie de página:
*Homero apenas citó una frase sobre sobre Orfeo. No está muy clara su biografía: en algunos pasajes se dice que era, el mayor poeta griego, un grupo de escritores y que por eso se les llamó ciegos.. Y la historia del arte confunde, dando una estatua de Orfeo que es la misma de otra de hombre con una lira atribuida a Homero. ¿Fueron ambos la misma persona? He dejado a propósito las interpretaciones a la apertura de la imaginación.
** “Retórica del artificio: El invierno en Lisboa, de Antonio Muñoz Molina”, ensayo de Marta Beatriz Ferrari; Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina, 1992
***Lisboa, aquí tiene dos funciones semióticas: despertar el significado de la Isla de Lesbos, y recoger el signo cartaginés de 'Puerto Seguro".
Cierta vez, a punto de ser raptada, hui; pero una serpiente me mordió. Me condenó al carnaval de Hades donde fuiste a buscarme y fascinaste a los captores con tus cuerdas bucales. Nos dejaron partir a condición de que no volvieses la mirada hacia mí rostro, sino hasta la llegada de la aurora.
Ahora soy tu sombra, las notas que tañes. Las Ménades te persiguen y separan de la faz de la tierra –para que el Mediterráneo–, lleve tus agradables labios a Lisboa*. Te perdono las ansias. El afán por contemplar mis pupilas nos precipitó, antes de que cruzáramos los límites de la cadencia».
Pie de página:
*Homero apenas citó una frase sobre sobre Orfeo. No está muy clara su biografía: en algunos pasajes se dice que era, el mayor poeta griego, un grupo de escritores y que por eso se les llamó ciegos.. Y la historia del arte confunde, dando una estatua de Orfeo que es la misma de otra de hombre con una lira atribuida a Homero. ¿Fueron ambos la misma persona? He dejado a propósito las interpretaciones a la apertura de la imaginación.
** “Retórica del artificio: El invierno en Lisboa, de Antonio Muñoz Molina”, ensayo de Marta Beatriz Ferrari; Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina, 1992
***Lisboa, aquí tiene dos funciones semióticas: despertar el significado de la Isla de Lesbos, y recoger el signo cartaginés de 'Puerto Seguro".
Condor
14 de July de 2019 / 14:17
14 de July de 2019 / 14:17
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