Como terapia, armaba paisajes miniatura en recipientes de cristal. Con sus tres dedos funcionales, sostenía un palillo con el que introducía semillas bajo una capa de mantillo y las observaba desarrollarse sentado en su silla de ruedas. Antes de colocar el tapón para sellar una de sus creaciones, los zarcillos de una planta sujetaron sus dedos. Sin que pudiera evitarlo, separaron su cuerpo, pieza por pieza. Mientras él se retorcía para reacomodarse de forma grotesca dentro de la botella.
Malvadisco
21 de August de 2018 / 04:59
Paisaje 21 de August de 2018 / 04:59
Malvadisco
TALLER 21 de August de 2018 / 11:59
el aguila descalza
 

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