Limpia la casa, le prepara la cena y por las noches, piensa en los juegos y las canciones de su aldea mientras se concentra en el sonido del camastro . Las manchas rojas en su ropa le avisan que debe marcharse.. Una noche, huye acompañada de su muñeca que le infunde fuerzas para ir a la ciudad en busca del divorcio que no podrá devolverle su niñez acaparada por su marido nonagenario.