Fantasma
A gritos pedía la morfina para calmar el dolor de la pierna amputada. Simulaba el atroz sufrimiento del miembro ausente en busca de que le aplicaran el opiáceo y es que después de la dosis, cuando lo dejaban solo en la habitación, se materializaba la extremidad faltante que le permitía, como cada noche de escapada, bailar y recorrer los bares antes de que la pierna despareciera al amanecer.
Malvadisco
18 de June de 2018 / 06:33
Fantasma 18 de June de 2018 / 05:00
Malvadisco
Por favor, tomar en cuenta esta versión el tallerista del día 17. Solo me pase unos segundos.... 18 de June de 2018 / 06:33
Malvadisco
 

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