Un sabado por la mañana
Estaba tirada en medio de la calle, ebria y envuelta en una sábana, un pecho claro y el pezón oscuro sin cubrir. Los autos empezaron a acumularse y el sonido del claxon, tan popular en la ciudad, no se hizo esperar. Voltee a ver su cara no estaba borracha como yo pensaba; era la conmoción por el golpe. Tenía un brazo roto, pero no vi que estuviera adolorida. A metros de distancia los policías hablaban con el borracho que la atropelló. Vi como les daba dinero, billetes que los agentes se guardaron en la bolsa de la camisa. Regresaron caminando hasta ella. Ya había curiosos: entre ellos yo. “esta señora es puta y no la vamos a llevar detenida” dijo uno de los gendarmes.
“Súbala a la patrulla, pareja”, indico el otro.
Cuando la levantaron, todavía sin que se diera cuenta de lo que le sucedía, vi en la colcha un letrero, “Hotel Parador”, decía.
“Súbala a la patrulla, pareja”, indico el otro.
Cuando la levantaron, todavía sin que se diera cuenta de lo que le sucedía, vi en la colcha un letrero, “Hotel Parador”, decía.
Black Dot
16 de November de 2017 / 16:38
16 de November de 2017 / 16:38
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