La cueva de las golosinas
Dentro de la roca agujereada, las abejas instalaron su nido. El fósil petrificado sintió latir el corazón con el frenesí del panal en su interior. La caliente miel corrió en violentas pulsaciones que revitalizaron las venas marchitas. Los párpados de cera se levantaron dejando ver el ámbar de los ojos encapsulados en celdillas hexagonales. Hambrienta, la criatura elaboró una trampa regurgitando el azúcar en forma de confites y caramelos que brillaban amplificados por la luz sonrosada y carmesí del crepúsculo. Atraídos por el fulgor de las confituras, los niños acudían hasta la boca del dragón donde se atascaban entre cera derretida. De los pueblos vecinos, enviaron a un músico para alejar a la bestia. El organillero tocó una melodía tan dulce que hizo que los insectos zumbaran al unisono de contentos. Apaciguado, el monstruo quedó al servicio del itinerante que lo ató con una cadena al organillo y lo arrastró, de feria en feria, en busca de granos de polen y unas cuantas monedas.
Malvadisco
15 de November de 2017 / 16:08
La cueva de las golosinas 15 de November de 2017 / 05:55
Malvadisco
Por favor, tomar en cuenta esta versión 15 de November de 2017 / 16:05
Malvadisco
Este sí es la versión que vale 15 de November de 2017 / 16:08
Malvadisco
 

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