Interesante y bien escrito el novelón, sí; además, podría funcionar la sugerencia de ocuparse del perro y su circunstancia de narrador-testigo. Ese perro todo lo ve, todo lo sabe, todo lo huele: muy bien, pero, ¿quién es y qué pitos toca? Puede ser el perro de la pareja, cierto; pero puede ser cualquier otro siempre y cuándo arrojes luz, precisamente, sobre su circunstancia: no otro novelón: sólo algo de luz. Agregaría que para que el novelón no parezca novelón, podríamos ahorrarnos un guato de palabras. Va un ejemplo: "Me cansé de lamer traseros y de olfatear la misma croqueta barata. Desprecié la fragancia de las farolas, la mezcla de heces con lavanda; el orín en las llantas o el hedor de cualquier chunche..." es lo mismo, pero más barato [ o más —mal— intencionado ]. Por último, me parece que cuando termina el guagüis [ por si querían más mexicanismos ] la discusión ya no viene al caso: uno se limpia los bigotes, quizá se los relame, y luego bye. Hablando de novelones, ¿no? Si no mueves ni una coma, de todos modos pasa.
Saludos.
PD El título, bueno... busquemos uno, otro; cualquier cosa que no raye en la obviedad.