La vieja me espía con descaro desde la puerta de su casa. La espalda encorvada y las piernas chuecas no son un obstáculo. Tampoco el frío, que pronto la llevará a su otro puesto, detrás de la ventana.
Del otro lado de la calle, mi departamento —generoso en ventanales vidriados— le oculta, sin embargo, una vida muy poco transparente.
En penumbras, desde aquí la miro a ella, y temo estar espiando mi mañana.
Liquidambar
10 de October de 2022 / 09:22
PERSPECTIVA 10 de October de 2022 / 09:22
Liquidambar
Seleccionada 12 de October de 2022 / 01:49
Tomás del Rey
 

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