Dick Tomorrow se internó en la oscuridad. Andaba tras el asesino en serie llamado Jake, Rompepantis. Lo atrapó. El malvado se tornó en un cobarde adherido a la pared lleno de pavor:
—No, no me dispares –suplicó a mi subordinado quien le apuntaba–. Soy un malhechor, travesti, pero no un asesino. No soy Rompepantis. No me hagas daño –alcanzó a musitar; arrastraba con pavor las palabras. Aunque de nada le sirvió. Dick Tomorrow hizo cinco disparos que aseguraron el adiós del transformista hacia el otro mundo.
Entonces sorprendí a Dick. Hacía semanas que le seguía los pasos.
—lo tuve que matar –Dijo mientras pretendía guardar la pistola a un lado de la tetilla izquierda. En realidad sacaba otro revólver.
—¡Dame el arma y las balas! –Le ordené. Fingió con asombro y espetó:
—Lo tenía que matar. ¡Era él o yo! ¡No me dió alternativa!

Silencié a Tomorrow con un tiro en la frente. Lo había descubierto desde su tercer asesinato; fue entonces cuando me sentí arrastrado por la vorágine delictiva. Los últimos crímenes los cometí yo, no ese guiñapo que yacía al lado de Dick.
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02 de August de 2022 / 15:57
EL ASESINO ANDA SUELTO 02 de August de 2022 / 15:57
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Taller y comentarios 06 de August de 2022 / 01:10
Alférez
 

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