Hola Eliana, otra vuelta al molino, gracias BD
Dioses
Tuvimos dos templos, en uno adorábamos a un dios que nos amenazaba con su infinita furia. En días, señalados como sagrados por sus sacerdotes, le rendíamos tributos y sacrificios; jóvenes vírgenes, recién nacidos, sangre de los mejores animales y los mejor de nuestras cosechas. Los mejores autómatas recolectaban las ofrendas y las llevaban al templo del Dios atroz. El otro templo, el de la verdad, permanecía abandonado. Ni imágenes adornaban sus paredes ni sacerdotes profesaban en su favor. No había tronos tampoco y todos le temían tanto, porque en ocasiones era despiadada, intratable y siempre certera, pero, aunque también podía ser dulce, sutil, atildada, evitaban mirar en su dirección. Vidas inútiles las nuestras, regidos por una deidad tirana y el temor patológico de acogernos a lo que es cierto.
Tuvimos dos templos, en uno adorábamos a un dios que nos amenazaba con su infinita furia. En días, señalados como sagrados por sus sacerdotes, le rendíamos tributos y sacrificios; jóvenes vírgenes, recién nacidos, sangre de los mejores animales y los mejor de nuestras cosechas. Los mejores autómatas recolectaban las ofrendas y las llevaban al templo del Dios atroz. El otro templo, el de la verdad, permanecía abandonado. Ni imágenes adornaban sus paredes ni sacerdotes profesaban en su favor. No había tronos tampoco y todos le temían tanto, porque en ocasiones era despiadada, intratable y siempre certera, pero, aunque también podía ser dulce, sutil, atildada, evitaban mirar en su dirección. Vidas inútiles las nuestras, regidos por una deidad tirana y el temor patológico de acogernos a lo que es cierto.
Black Dot
25 de July de 2022 / 08:41
25 de July de 2022 / 08:41
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