SELECCIONES DEL DÍA 14
Centinela de mis sueños, de Héctor
Creo que en mi vida anterior fui uno de ellos. He sobrevivido ya seis veces: mamá murió al darme a luz, sufrí cinco balazos en batalla, me extirparon un riñón, perdí una pierna al pisar una mina y, como prisionero, fui torturado casi hasta la muerte. Hoy solo puedo conciliar el sueño si me acurruco junto a mi gato.
Socks, de Pitágoras
Nadie daba un céntimo por mí. Era un paria, mitad negro y mitad blanco, que mendigaba el sustento diario. Un día me encontré con Chelsea, una tierna adolescente que regresaba de su clase de piano, y mi suerte cambió. La historia de un triste gato errante y sin dueño, que llegó a tener su propia página en Internet y convertirse en celebridad, solo pudo ser posible en este país que se alimenta de sus propias fantasías. Pasar de vagar por las calles a vivir en la Casa Blanca como parte de la familia Clinton no es un cuento de hadas, es la síntesis del sueño americano.
Festín inesperado, de bebé
Cuando entró en aquel edificio, el gato no daba crédito a lo que veía. Miró disimuladamente sus garras y se relamió los bigotes antes de avanzar hacia el objetivo. Jamás imaginó que hubiese tantas ratas en las oficinas de un partido político.
Creo que en mi vida anterior fui uno de ellos. He sobrevivido ya seis veces: mamá murió al darme a luz, sufrí cinco balazos en batalla, me extirparon un riñón, perdí una pierna al pisar una mina y, como prisionero, fui torturado casi hasta la muerte. Hoy solo puedo conciliar el sueño si me acurruco junto a mi gato.
Socks, de Pitágoras
Nadie daba un céntimo por mí. Era un paria, mitad negro y mitad blanco, que mendigaba el sustento diario. Un día me encontré con Chelsea, una tierna adolescente que regresaba de su clase de piano, y mi suerte cambió. La historia de un triste gato errante y sin dueño, que llegó a tener su propia página en Internet y convertirse en celebridad, solo pudo ser posible en este país que se alimenta de sus propias fantasías. Pasar de vagar por las calles a vivir en la Casa Blanca como parte de la familia Clinton no es un cuento de hadas, es la síntesis del sueño americano.
Festín inesperado, de bebé
Cuando entró en aquel edificio, el gato no daba crédito a lo que veía. Miró disimuladamente sus garras y se relamió los bigotes antes de avanzar hacia el objetivo. Jamás imaginó que hubiese tantas ratas en las oficinas de un partido político.
Mónica Brasca
31 de May de 2022 / 04:01
31 de May de 2022 / 04:01
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