Alicia vio a su hijo jugando en el jardín una tarde. Poco después observó que escarbaba para enterrar algo que depositó con cuidado. A la mañana siguiente, fue a investigar mientras él estaba en la escuela. Lo que vio le llenó de ternura. Tomó unos guisantes y los colocó ahí mismo. Volvió a cubrir el hoyo y le echó agua.

Días después el niño llegó saltando de alegría. La tomó de la mano y la llevó casi a rastras al mismo sitio
—Ven, mamá, ven conmigo. Mira, ya nació mi árbol —le dijo el pequeño apuntando al suelo.
—¿De qué me hablas? —fingió ella mientras veía aquella tímida hoja sostenida por un tallo delgado saliendo de la tierra.
—De mi árbol de letras. Cuando crezca más y salgan frutos, con ellas voy a escribir muchos libros de cuentos, como el que habla de ti.

Semanas más tarde, cuando aquella planta creció, recogieron las vainas y, al abrirlas, se llevaron una sorpresa. Por increíble que parezca, cada uno de los guisantes era un pequeño cubo de distintos colores, con lo que parecía una diminuta letra grabada en cada cara.
Papalotl
13 de March de 2022 / 19:23
Magia al cubo 13 de March de 2022 / 19:23
Papalotl
Tallereo: 14 de March de 2022 / 11:15
Víctor M. Campos: el tallerista de los días 13.
Respuesta al taller 21 de March de 2022 / 21:18
Papalotl
No seleccionada. 19 de April de 2022 / 23:54
Víctor M. Campos: el tallerista de los días 13.
 

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