El cuento favorito antes de dormir era Pinocho e insistía en preguntarle a sus padres adoptivos si el hada madrina realmente existía; estos, cómplices de la inocencia del pequeño decían que sí, que de portarse bien un deseo le sería concedido. El deseo por años fue el mismo: tener los ojos como mamá y la nariz como papá.

El hada madrina fue una actualización que le permitió al androide adquirir una apariencia cada vez más cercana a los rasgos de sus padres, ahora nadie dudaría que eran una familia de verdad.