El texto está escrito como si fuera el pasaje de un novela. El lenguaje, plagado de adjetivos, trata de magnificar todas y cada una de las cosas que se mencionan, y su resultado es un texto plano, sin altas y bajas (todo es alto, alto, alto, no se puede subir más).

Un microrrelato o minificción no es un cuento cortísimo. De entrada, busca la complicidad del lector: tu intertextualidad me ha gustado.

Otro elemento es la economía de las palabras (¿qué importa si lo encontró una mañana? No veo que esto contribuya tu historia). Asimismo, esta economía conlleva a encontrar la mejor palabra. Por ejemplo utilizas travesía como viaje, aunque sus acepciones más utilizadas son las relacionadas al camino físico. Quizá falte mencionar que el viaje era a pie.

Otra sugerencia es que, a diferencia del inglés, en el español el adjetivo va después del sustantivo como norma general. Invertir este orden úsalo solo como un recurso para resaltar algo importante. Si lo usas siempre, pierdes la potencia de este recurso.

Si te parece, quita todo lo que no contribuya a la historia y deja solo lo estrictamente necesario. Igualmente la invitación a que quites todos los adjetivos. Ya veremos luego en que puntos estratégicos vale la pena tenerlos.

Espero tu texto en mi dirección de correos taller.águila@gmail.com

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