Con cierta congoja, pero más curiosidad, abandoné aquel hermoso terruño, mi pequeña casa, el paisaje de volcanes y mi jardín para viajar y conocer otros mundos. Fue una travesía extraña , salpicada de sorpresas en la que visité diversos sitios, me topé con gente de todo tipo y hasta uno que otro animal que parecía pensar y hablar.

Finalmente, una mañana encontré a un piloto vagando en el desierto, quien me contó una historia un tanto inverosímil de un pequeño príncipe de dorada cabellera venido de no sé dónde. Atento, lo escuché con paciencia, aunque me pareció que aquel sol abrasador y la deshidratación ya le habían afectado la cabeza. Al despedirnos, me entregó una arrugada hoja en blanco en la que, me aseguró, había dibujado una caja con un cordero adentro.

–Míralo bien –me dijo–. Lo esencial es invisible a los ojos –agregó antes de que su silueta se perdiera en el brillo acuoso de las dunas.
Pseudónimo
12 de November de 2021 / 18:09
Espejismo 12 de November de 2021 / 18:09
Pseudónimo
Taller 16 de November de 2021 / 06:54
aguila descalza
 

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