Respuesta al taller 2
Buenos días, Julia. Aquí la versión para que la observes y le des el visto bueno. O si hay algo que agregar, estoy atenta..
La costurera valiente
“Maté a siete”, gritaba la joven esgrimiendo la aguja como si fuera un arma. La mujer tenía una vista prodigiosa: cosía ojales, enhebraba agujas sin necesidad de casi luz, pero nadie la tomaba en serio, cuando afirmaba que existían monstruos de seis patas. Aunque a su taller de costura llegaban desconocidos a altas horas de la noche. Para franquear la entrada, bastaba decir: “Yo también los he visto”, Los médicos decían que el prurito era por causas humorales. En cambio, la costurera escarbaba hasta localizarlos bajo los surcos de la piel y extraía uno tras otro. Luego, lavaba la piel del paciente con agua y jabón y le daba una bolsita con azufre que debía mezclarse con manteca de cerdo para untarlo por el cuerpo en la noche. Así mataba todos los huevecillos del bichejo ese, invisible a los ojos de la ciencia, pero que causaba la sarna.
La costurera valiente
“Maté a siete”, gritaba la joven esgrimiendo la aguja como si fuera un arma. La mujer tenía una vista prodigiosa: cosía ojales, enhebraba agujas sin necesidad de casi luz, pero nadie la tomaba en serio, cuando afirmaba que existían monstruos de seis patas. Aunque a su taller de costura llegaban desconocidos a altas horas de la noche. Para franquear la entrada, bastaba decir: “Yo también los he visto”, Los médicos decían que el prurito era por causas humorales. En cambio, la costurera escarbaba hasta localizarlos bajo los surcos de la piel y extraía uno tras otro. Luego, lavaba la piel del paciente con agua y jabón y le daba una bolsita con azufre que debía mezclarse con manteca de cerdo para untarlo por el cuerpo en la noche. Así mataba todos los huevecillos del bichejo ese, invisible a los ojos de la ciencia, pero que causaba la sarna.
Celecanto
22 de September de 2021 / 12:07
22 de September de 2021 / 12:07
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