AQuí una versión mucho más corta. ESpero que haya captado la esencia de la misma para que funcione.
Un saludo.

Rebelión en la granja
El vendedor le dijo que eran de una raza fuerte y resistente. Bastaban las sobras de la mesa y se reproducían como conejos. En poco menos de seis años, se triplicaba la inversión inicial al vender las crías en el mercado. Por eso al señor Hopkins le extrañaba que de las 20 hembras preñadas, todas abortaron. Quizás, el padrote estaba enfermo. O el clima sureño no les caía bien. No había manera de aclimatarlos. A diferencia de esa flor traída de sus tierras allende el mar y que ya pululaba silvestre por todo Virginia. Tres pétalos preparados como tisana para regularizar la menstruación. Una toma por mañana en ayunas para que ningún hijo de esas mujeres sufriera el mismo destino que sus madres y padres esclavos.