El niño tiene cáncer. Se va a morir. Su cabeza sin cabello, los labios resecos, los ojos hundidos y las profundas ojeras. El dolor no lo abandona.
—Vayan a casa, ya no hay nada que hacer —dice el doctor de manera fría, impersonal.
Los huesos enfermos del pequeño queman, se quiebran cual ramas secas, su respiración se va haciendo pausada, sus ojos se cierran, las manos dejan ir las de papá. Y todo cesa. Un llanto quedo se desata como un tónico para remediar el dolor.
Black Dot
17 de September de 2021 / 20:36
Final en casa 17 de September de 2021 / 15:58
Black Dot
Por favor considerar esta versón 17 de September de 2021 / 20:36
Black Dot
tallereo 1 27 de September de 2021 / 22:54
carlos martín briceño
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.