En la salud y en la enfermedad
La úlcera era fea y, agotados los recursos de la medicina, la mujer acudió a la curandera sin decirle nada al marido. «Úntale esta poción antes de acostarlo», le dijo la vieja guiñando un ojo cómplice. «Es importante que no olvides hacerlo un solo día».
Fue mano de santo. Al extender el ungüento, él respondió con una sonrisa a sus cuidados y, aunque entre dientes, le dio las gracias. Ya hace más de un mes de aquella primera cura, la pierna presenta un aspecto repulsivo y la gangrena comienza a extenderse por el vientre, pero el carácter del marido se dulcifica día a día. Ayer, azorado como un adolescente, murmuró un «te quiero» involuntario. Ella no olvida las instrucciones de la curandera y aplica el remedio con tesón sobre una superficie cada vez más amplia. Se siente útil, feliz, reconocida, y, para su sorpresa, empieza a lamentar el próximo fin el marido al que, sin duda, lo condena la peligrosa extensión de sus llagas.
Rudolf
17 de September de 2021 / 13:16
En la salud y en la enfermedad 17 de September de 2021 / 13:16
Rudolf
tallereo 1 Muy buena, pero algo extensa. Propongo este cambio. 27 de September de 2021 / 22:19
carlos martín briceño
De acuerdo, Carlos, muchas gracias. 28 de September de 2021 / 11:15
Rudolf
tallereo 2 28 de September de 2021 / 13:46
carlos martín briceño
 

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