Hay algo que no termina de cuadrar. Siento que el final queda un poco sin fuerza. Quizá si le agregamos ese deseo infantil en el final podríamos levantar la mirada del lector.

Primero, una introducción tipo: "Había llegado con mis monedas de chocolate en la mano. La cola era interminable, salía de la puerta de la estación". Luego, puedes evitar el "Cuando", con algo tipo "Llegado mi turno, vi que las cinco monedas para comprar el billete se habían derretido". Y entonces puedes cerrar con algo que refleje el deseo o los vestigios del infante: "Las que traía de reserva, me las había comido".

Reescribe tu historia, según tus deseos, y me mandas tu versión a mi email: taller.aguila@gmail.com

Gracias por participar.
el aguila descalza
21 de April de 2017 / 03:48
VIAJES DE REGRESO A LA INFANCIA, S.L. 20 de April de 2017 / 11:46
Rudolf
TALLER 21 de April de 2017 / 03:48
el aguila descalza
 

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