Estimado Josep:

Vaya que sí abusé del posesivo. Mea culpa. Debe ser alguno de esos síndromes con el nombre de un médico extranjero que tanto han proliferado (los síndromes, no los doctores que, ahora en tiempos de pandemia, más bien andan escasos y mueren como moscas).

A ver qué opinas de esto

Elegía a las víctimas por Internet. El catálogo de prospectos parecía ser inagotable. El anonimato era mi cómplice; la búsqueda de satisfacción mutua, el medio; un cuchillo, el arma predilecta y la sorpresa, mi principal aliada. Lo hice por varios años hasta descubrir que se había convertido en una adicción, más poderosa que cualquier droga y que, por su bajo costo, sería difícil de erradicar. Frente a la posibilidad de ser catalogado como un asqueroso asesino serial y un inmundo adicto, no me quedó más opción que contratar a dos sicarios que, tras la consumación de aquellos actos amorosos, se encargaran del trabajo sucio para mantener mis manos limpias.

Saludos