Respuesta al taller
Hola, Patricia
Confío en que un cambio de título y algunos ajustes en el texto aclaren la idea y el relato se comprenda mejor:
Un fantasma de apellido Alzheimer
Deambula por la casa durante el día; con frecuencia, también por la noche. Abre cajones y puertas, cambia cosas de lugar, husmea por aquí y por allá y todo le parece nuevo y ajeno, mientras ideas sin forma dan vueltas dentro del caos que reina en su cabeza, sin tomar conciencia de la angustia que lleva a cuestas. En ocasiones intenta escapar a la calle o quizás, de su propia realidad. Lucha y se afana en buscar los tiempos extraviados, los recuerdos carcomidos por un ente invisible, por esa enfermedad, tan familiar y cercana, que aún nadie conoce con certeza. Busca los nombres y lugares perdidos en el desastroso naufragio de su mente. Será imposible hallarlos a medida que los cubran las olas de los días y la arena de los meses por venir. Será en un mañana incierto cuando la marejada de la muerte arrase con sus restos sin remedio.
Confío en poder permanecer un poco más, para cerrar las puertas y las heridas del alma que han quedado abiertas, antes de que olvide empacar los buenos recuerdos de una vida con quien, hoy, es el fantasma que vive en nuestra casa y que, como la existencia, se escapen por entre los dedos.
También busco respuestas, acaso una pista o una clave, quizás sea luz o un poco de claridad en el camino, tal vez un conjuro que ahuyente a ese fantasma de carne y hueso que es más tangible y causa más dolor que los etéreos. Alguien en el futuro me lo agradecería. Tal vez yo mismo.
Ya me dirás
Saludos
Confío en que un cambio de título y algunos ajustes en el texto aclaren la idea y el relato se comprenda mejor:
Un fantasma de apellido Alzheimer
Deambula por la casa durante el día; con frecuencia, también por la noche. Abre cajones y puertas, cambia cosas de lugar, husmea por aquí y por allá y todo le parece nuevo y ajeno, mientras ideas sin forma dan vueltas dentro del caos que reina en su cabeza, sin tomar conciencia de la angustia que lleva a cuestas. En ocasiones intenta escapar a la calle o quizás, de su propia realidad. Lucha y se afana en buscar los tiempos extraviados, los recuerdos carcomidos por un ente invisible, por esa enfermedad, tan familiar y cercana, que aún nadie conoce con certeza. Busca los nombres y lugares perdidos en el desastroso naufragio de su mente. Será imposible hallarlos a medida que los cubran las olas de los días y la arena de los meses por venir. Será en un mañana incierto cuando la marejada de la muerte arrase con sus restos sin remedio.
Confío en poder permanecer un poco más, para cerrar las puertas y las heridas del alma que han quedado abiertas, antes de que olvide empacar los buenos recuerdos de una vida con quien, hoy, es el fantasma que vive en nuestra casa y que, como la existencia, se escapen por entre los dedos.
También busco respuestas, acaso una pista o una clave, quizás sea luz o un poco de claridad en el camino, tal vez un conjuro que ahuyente a ese fantasma de carne y hueso que es más tangible y causa más dolor que los etéreos. Alguien en el futuro me lo agradecería. Tal vez yo mismo.
Ya me dirás
Saludos
Pseudónimo
30 de March de 2021 / 13:28
30 de March de 2021 / 13:28
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