Huyeron de su pueblo devastado por la guerra y de los nazis que los seguían. Se adentraron en el bosque. El padre aseguraba conocerlo como su mano y en algún momento de la ruta se perdieron. A lo lejos se oían ladridos de los perros y los gritos de sus perseguidores. Continuaron hasta llegar al borde de un estrecho cañón que se interponía entre ellos y el otro lado, donde encontrarían la libertad. Sin mediar palabra, un gran pino cercano se inclinó, hasta alcanzar la otra orilla, movió sus ramas y les franqueó el paso. Cuando estaban a punto de llegar, el árbol repentinamente regresó a su posición original, lanzando a la familia entera a los pies de sus captores. Esa es la razón de que desconfíe de los árboles. Aún cuando son nobles y flexibles como este ejemplar, son cobardes. El terror los paraliza cuando se aproximan los perros.
Vance
08 de February de 2021 / 05:58
Final infeliz 08 de February de 2021 / 05:58
Vance
Taller 10 de February de 2021 / 21:45
Mónica Brasca
No te arriesgues 14 de February de 2021 / 10:38
Calzontzin
 

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