Terapia intensiva
Nuestras miradas cruzan la habitación como saetas y dan en el blanco. No se detienen en la coraza que nos envuelve y llegan al fondo. Veo cómo tu sangre, roja como esos labios, escurre como quisiera que mis manos lo hicieran por tu pecho. Lame tu piel, se ramifica como mis dedos por tu cintura, por el vientre, se detiene por momentos y vuelve a fluir por tus caderas, por el monte y la floresta hasta el humedal, lo inunda y corre por tus piernas como quisieras hacerlo tú a mis brazos, en tanto yo, aturdido me desangro, viéndome morir por ti al perder la razón y subsistir con el deseo.
En el borde de la agonía, sin saber si vivo o sueño, te veo a mi lado mientras, entre besos y caricias, nos reanima la terapia. El pulso sube, se acelera y la cama se estremece; entramos en resonancia, las venas revientan, explotamos, te abrazo y me aferras para que la muerte, al venir, nos alcance al mismo tiempo.
En el borde de la agonía, sin saber si vivo o sueño, te veo a mi lado mientras, entre besos y caricias, nos reanima la terapia. El pulso sube, se acelera y la cama se estremece; entramos en resonancia, las venas revientan, explotamos, te abrazo y me aferras para que la muerte, al venir, nos alcance al mismo tiempo.
Simbad
19 de December de 2020 / 23:38
19 de December de 2020 / 23:38
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