Comentario I (taller)
Hola, Shooting. Interesante, aunque demasiado extensa en mi opinión. Cuanta más distancia pongas entre el inicio y el final, menos fuerza tendrá la anécdota que tratas.
He reducido tu versión, eliminando lo que me parece innecesario, además de algún ligero retoque, por si te interesa trabajar sobre esa premisa. De lo contrario, aún estás a tiempo de presentarla a otro tallerista.
Va un saludo.
Josep
La versión sobre la que podríamos trabajar:
Incómodo (de Shooting Star)
Avanza despreocupado por la vida. Con distracción adolescente, aborda el tren que lo llevará hasta su refugio. El transporte serpentea muy cerca de la playa, donde la desnudez es la regla.
Un calor extra, lo cubre hasta sofocarlo. Una sucesión de imágenes lo ahogan y lo sumergen en una evocación vívida de las noches en Río de Janeiro. El ritmo de una samba lo envuelve hasta maniatarlo y exponerlo a la voluntad de un puñado de garotas, que balbucean casi inaudibles mientras practican delicias manuales, que lo excitan notablemente. Sudores de piel femenina le inundan los labios. Cabellos enmarañados le azotan delicadamente. Desprovisto de toda pretensión cede una y otra vez.
El bullicio de la estación de destino, lo trae a la realidad y a la incomodidad de una notable erección que se ve obligado a disimular.
He reducido tu versión, eliminando lo que me parece innecesario, además de algún ligero retoque, por si te interesa trabajar sobre esa premisa. De lo contrario, aún estás a tiempo de presentarla a otro tallerista.
Va un saludo.
Josep
La versión sobre la que podríamos trabajar:
Incómodo (de Shooting Star)
Avanza despreocupado por la vida. Con distracción adolescente, aborda el tren que lo llevará hasta su refugio. El transporte serpentea muy cerca de la playa, donde la desnudez es la regla.
Un calor extra, lo cubre hasta sofocarlo. Una sucesión de imágenes lo ahogan y lo sumergen en una evocación vívida de las noches en Río de Janeiro. El ritmo de una samba lo envuelve hasta maniatarlo y exponerlo a la voluntad de un puñado de garotas, que balbucean casi inaudibles mientras practican delicias manuales, que lo excitan notablemente. Sudores de piel femenina le inundan los labios. Cabellos enmarañados le azotan delicadamente. Desprovisto de toda pretensión cede una y otra vez.
El bullicio de la estación de destino, lo trae a la realidad y a la incomodidad de una notable erección que se ve obligado a disimular.
José M. Nuévalos
18 de December de 2020 / 12:49
18 de December de 2020 / 12:49
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