Voyeur
Mientras esperaba en casa, una ráfaga de viento abrió las cortinas de la ventana donde, a trasluz, veía esa tarde las siluetas del vecino con su nueva conquista en intenso intercambio de placeres. La sucesión de felatios, cunnilingus, misioneros, vaqueras, cucharas y toda suerte de posturas despertó su lujuria y le produjo una envidia irreconciliable ante el continuo desdén de su mujer. Los cuerpos, convertidos en carne y fuego, sudorosos y agitados, se materializaron en el instante cuando, en pleno éxtasis, de la boca de un rostro que le resultaba bastante familiar, surgía un vibrante gemido de placer.
Pi
07 de December de 2020 / 13:33
07 de December de 2020 / 13:33
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