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Espectáculo
Al empezar la noche un hombre dubitativo toca en un piano de cola. Más tarde, ya entrada la madrugada y cuando todos los huéspedes han consumido suficiente alcohol o cualquier droga de su agrado, las mujeres hacen un circulo alrededor de la enorme sala de aquel caserón. El músico toca entonces una pieza sensual y lenta. Ella sale du su camerino, descalza, con el rostro cubierto por un velo semitransparente y una falda de seda abierta en los muslos que fluye con su danza. Tiene el torso desnudo y su piel morena brilla mientras la luz sigue su movimiento casi felino. Los espectadores, tragan saliva al ver sus tetas de reina, sus pezones erectos. Casi huelen su sexualidad desatada. De otro cuarto sale un joven, porta una osamenta y una cola de utilería que lo hace parecer un fauno. Está semidesnudo también. Se encuentran en la mitad de la habitación en el espacio donde la luz los muestra sudorosos. La mujer se deja desnudar; las manos de fauno penetran su intimidad al ritmo de las notas, la tornan líquida. Los ojos de los espectadores se dilatan, los pulsos arrecian. Quisieran poder participar en el show. El chico se detiene en el centro como la estatua de un tímido David que vuelve a la vida cuando su pene es lamido por la fémina. Resumen el baile hasta terminar encima del piano. Ella debajo de él. El adentro de ella meciéndose, adentro y afuera, mojado, mientras los muslos de la chica se enredan como boas en la cintura masculina. La música una perfecta compañera para toda esa pasión.
Al empezar la noche un hombre dubitativo toca en un piano de cola. Más tarde, ya entrada la madrugada y cuando todos los huéspedes han consumido suficiente alcohol o cualquier droga de su agrado, las mujeres hacen un circulo alrededor de la enorme sala de aquel caserón. El músico toca entonces una pieza sensual y lenta. Ella sale du su camerino, descalza, con el rostro cubierto por un velo semitransparente y una falda de seda abierta en los muslos que fluye con su danza. Tiene el torso desnudo y su piel morena brilla mientras la luz sigue su movimiento casi felino. Los espectadores, tragan saliva al ver sus tetas de reina, sus pezones erectos. Casi huelen su sexualidad desatada. De otro cuarto sale un joven, porta una osamenta y una cola de utilería que lo hace parecer un fauno. Está semidesnudo también. Se encuentran en la mitad de la habitación en el espacio donde la luz los muestra sudorosos. La mujer se deja desnudar; las manos de fauno penetran su intimidad al ritmo de las notas, la tornan líquida. Los ojos de los espectadores se dilatan, los pulsos arrecian. Quisieran poder participar en el show. El chico se detiene en el centro como la estatua de un tímido David que vuelve a la vida cuando su pene es lamido por la fémina. Resumen el baile hasta terminar encima del piano. Ella debajo de él. El adentro de ella meciéndose, adentro y afuera, mojado, mientras los muslos de la chica se enredan como boas en la cintura masculina. La música una perfecta compañera para toda esa pasión.
Black Dot
07 de December de 2020 / 09:03
07 de December de 2020 / 09:03
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