Buen día, Paola. Aquí la corrección.

Después de mucho tiempo de explorar, encontró la tierra de Orem. Era una llanura sin vegetación ni agua, solo una extensión de tierra dura, imposible de escarbar. Según la leyenda, existía una cúspide en la cual el iniciado podía acceder a la sabiduría eterna. Buscando la elevación, se topó con una de sus congéneres.
—Hermana —le preguntó—, ¿qué clase de lugar es este? Llevo todo el día caminando y no encuentro ni un grano de arroz ni una migaja de pan. Solo sé que estaba en el jardín y de pronto aparecí aquí.
—¡Já! —exclamó la otra—. Consulté oráculos y adivinos; busqué por mucho tiempo y usted encuentra la tierra de Orem por casualidad…
Al sonido de las voces, acudió una de los suyas que salió de una gruta y las previno:
—Compañeras, debemos salir de este sitio. Estamos de pie sobre una cosa que no podemos comprender. Su voz es tan alta que no podemos escucharla. Nuestros ojos no pueden captar la magnitud de su ser.
Las otras dos se echaron a reír, pero el hombre levantó la mano y se rascó el rostro, matando a las tres hormigas que habían alcanzado su nariz.
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27 de November de 2020 / 04:29
El horror sin nombre de las tierras vacías 20 de November de 2020 / 05:05
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COMENTARIO DEL TALLER 23 de November de 2020 / 11:32
Paola Tena
Respuesta al taller 27 de November de 2020 / 04:29
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